Pues como no tengo internet ni mucho menos, me he bajado con el Mac en la terraza del bar para contar lo que no quiero que se me olvide.

Al llegar al pueblo, desconocido todavía hasta que vea el letrero de la entrada, he buscado lo de siempre: la oficina de turismo. ¡Un Hotel! Estaba Ko… y si tenía que ir buscando, creo que daba algo. La fortuna siempre hace aparición y justo pillé a la chica que atendía la oficina antes de irse a…

Bueno, este pueblo es de lo más curioso. Interrumpo porque baja un tipo sin casco en una Suzuki GSRX600 del 90 y al bajarse ¡se le cae la moto! Madre mía… va a ser curioso verlo subir de nuevo cuando salga de la Pizzería.

A lo importante… La oficina de Turismo me encuentra un Hotel. Le digo que me diga la calle para meterlo en el GPS y resulta que era cruzando la calle. Creo que este pueblo todos se conocen. La camarera de la pizzería y la recepcionista del Hotel van igual vestidas. ¿¿?? Sin duda esto es un pueblo que con la fortuna de tener a Italia y Austria tan cerca les da vida.

Dejo las cosas en el Hotel, subo las maletas que no sé por qué pesan tanto y a descansar. Mañana pienso tomarme el día de relax total, viajando por los alrededores en la moto porque los valles son impresionantes. En el camino desde Trieste hasta aquí, primero pasé por carreteras en obras y rotondas.  No sé cómo el GPS se aclaró, pero lo hizo. Pasada la última gasolinera, que estaba llena de Italianos llenando los depósitos, lo cual no me extraña porque está a casi DOS euros el litro, comencé a adentrarme en una carretera que bordeaba un rio azul turquesa, abrazado por montañas a los lados. Por fin había llegado a algo diferente. Tanto que con el fresco pude recuperarme algo para coger fuerzas hasta donde estoy ahora.

Bueno… el objetivo de esta etapa, no ha sido Venecia, ni Mónaco. Ha sido Eslovenia. Algo diferente.

Se me olvidaba. En Génova se me acabó la batería del Galaxy y terminé saliendo a como siempre: preguntando. Me zampé todo Génova porque no supe encontrar la Autostrade 10, pero me sirvió para decir que Génova es una capital al estilo de Barcelona. Tiene una zona centro increíble y unas afueras que han crecido sin concierto alguno. No todo es bonito…

La Guzzi, pobrecita, era incapaz de cargar el móvil. Al final, con las luces apagadas y con el móvil apagado, conseguí cargarlo. Para otro viaje será un tema a revisar porque el alternador de la Guzzi no da para más. Ahora lo que hago es cargar el móvil a tope, ponerle el brillo al mínimo posible y usar el GPS solamente cuando hace falta. Para el resto, mapa.

Del día de hoy ¿qué puedo recomendar? De momento poco porque no he parado en ningún sitio, salvo para repostar o descansar. Eso sí… la sensación de entrar en un país diferente es indescriptible. Y os puedo asegurar que es diferente. Tiene una mezcla extraña de moderno y antiguo que me recuerda a la España de hace años.

Subo a la habitación a acostarme. Mañana más… no puedo subir fotos. Pero he pillado una conexión wifi que había suelta y he podido hacer algo.

El Hotel

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