Esta es lo que se podría denominar como mi última etapa. Es el regreso de un viaje de más de seis mil kilómetros y haber recorrido lugares de lo que me he llevado un recuerdo enorme. Y para terminar poner la guinda con la visita al museo de uno de los pintores que más admiro: Dalí. Lo llegué a ver vivo y pude ver cómo fue creando su museo en Figueres. Un viejo extravagante y medio loco, con todo el respeto del mundo, que conoció muy bien a Federico Garcia Lorca. Un tipo que pintó, sufrió y se rió de la vida. Un tipo del que se aprovecharon en el final de su vida. Un tipo especial curioso sin duda alguna.

En el Hotel en el que me alojé, el President, el mismo Dalí estuvo comiendo en la mesa contigua a la mía. Un Hotel dedicado enteramente a Dali y cuyo dueño pude ver y escuchar cómo hablaba de Dali. Es curioso ver como todavía hay recuerdos vivos de grandes genios que parecen formar parte de la historia pasada.

Poco tiempo tuve de ver Figueres porque la cola para visitar el museo era y en seguida se me hicieron las tantas.

La nota curiosa del día fue que tuve que salir más tarde porque en el parking del Hotel me estuvieron tocando la pitón de la moto y me jodieron la cerradura. En fin… nada que una radial no pueda arreglar y regresar.

No puedo poner fotos del museo por dentro por tema de derechos…