Cargado,  con pasajero y maletas.  Curvas de la Sierra de Gredos y un poco de autovía. Todo bien…. 

Luces auxiliares,  revisión a fondo y todo en su sitio.  Genial! 

Uno de los momentos más emocionantes de un viaje en moto,  son los preparativos de equipaje y de moto. Esa es una de las grandes diferencias entre los viajes en avión,  coche o tren, respecto al de moto. És difícil de entender el halo que tiene el viaje en moto por alguien que no lo ha vivido nunca.  Cuando vas en moto,  no te planteas los días como un objetivo el llegar.  El objetivo es disfrutar del viaje y estar siempre sintiendo que cada etapa es un reto cumplido. 

De alguna forma es como escalar montañas.  El reto es parte de la emoción.

Al llegar a casa me encontraba a muchos moteros.  La gran mayoría saludaban,  lo cual me hace recordar el espíritu del compañerismo cuando sabes que eres frágil en la carretera y que el esfuerzo forma parte de los kilómetros.
Ahora la Guzzi,  a sus 34 años descansará hasta el 23 de Julio.  Y yo….  Aunque menos porque debo entrenar las lumbares,  cuello y brazos. 

Os dejo un par de fotos,  muestra de un fin de semana genial.

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